‘La Escalera’: un proyecto que potencia las relaciones entre vecinos

138919_20161215_143515_thumb_722En las ciudades, estamos sometidos a un agitado estilo de vida y disponemos de poco tiempo para compartir momentos con los vecinos o entablar una conversación con ellos. ‘La Escalera’ es un proyecto que tiene como objetivo crear redes de apoyo mutuo entre vecinos, fomentar la solidaridad y crear comunidades más unidas.

El desarrollo de las grandes ciudades ha provocado que el individuo comience a desligarse de la comunidad y a creer en su propia autosuficiencia e independencia de los demás. ‘La Escalera’ es un proyecto que tiene como objetivo crear una red en tu comunidad de vecinos para permitir que los residentes se cuiden y ayuden entre ellos.

La idea del proyecto ‘La Escalera’ surge «hace más de un año en un grupo de investigación, centrado en el ámbito de los cuidados, que había en Medialab-Prado», comenta a Madridiario Rosa Jiménez, impulsora de este proyecto. A raíz de aquí, Rosa sacó el borrador y lo puso en marcha un año más tarde cuando se quedó en paro. «Hablé con Carlos López que forma parte de una cooperativa de investigación social que se llama Indaga y ambos presentamos el proyecto». «Me pareció interesante que el proyecto tuviera dos patas: una de interacción social (poner las pegatinas en los buzones, los carteles, presentar el proyecto a la comunidad de vecinos…) y otra de investigación social«.

¿Cómo se puede participar?

Las personas que viven en Madrid pueden ponerse en contacto con los impulsores a través de su web y les ofrecerán el material y acompañamiento. “Al resto les remitimos un sencillo kit y nos mantenemos en contacto con ellos vía redes sociales, email o teléfono», cuenta Jiménez. Este kit se puede descargar e imprimir a través de su web. Cualquier ciudadano puede colocar en su portal un cartel y cuatro sencillas pegatinas: ‘te riego las plantas’, ‘comparto wifi’, ‘te subo la compra’ y ‘te invito a un café’. Además, se facilitan plantillas en blanco para que cada uno ofrezca lo que desee.

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El kit de pegatinas no estaba en los planes iniciales de ‘La Escalera’. «En principio, el proyecto iba a ser una cosa pequeñita, creíamos que como mucho conseguiríamos hacerlo en unas 5 comunidades, y en un mes y medio ya estamos en 20 comunidades», cuenta Jiménez. «Nos han llegado a contactar personas, incluso, de Argentina y de Australia». «Este es un proyecto muy humilde y no podemos abastecer a todo el mundo, así que sacamos un formato kit que es más asequible».

«La idea de este juego con carteles y pegatinas plantea un cierto intercambio de favores, para que de ese intercambio se abra directamente el espacio de encuentro y participación que creemos que no hay en entornos de comunidad de vecinos«, explica Rosa. «Lo que pretendemos es que permita que al término del proyecto tengamos herramientas, propuestas y medidas muy concretas para abrir espacios de participación y encuentro en las comunidades de vecinos«, relata Carlos López.

El perfil de los participantes está «en el rango de edad de 30 a 40 años y es sobre todo mujer», explica Jimenez. «Una vez puesto el proyecto, algunas de las personas que participan si superan esa franja de edad. Hay personas de más de 40 y 50 años», añade López.

«Le pido antes un taladro a un amigo que vive en otro barrio que al vecino que vive al lado»

«Las personas estamos cada vez más aisladas. Tendemos a desconfiar del vecino y a no ayudarnos», asegura Ana Romaní, usuaria del proyecto desde hace un mes y medio. Esta gallega de origen y vecina de Malasaña narra que «en los pueblos siempre ha existido una comunidad que se ayudaba pero, en la ciudad nos aislamos más». Gracias a Ana, hoy por hoy, 7 de 16 vecinos participan en su comunidad en este proyecto intercambiando favores como «ofrecer wifi o café, subir la compra, regar las plantas o cuidar de los animales de sus vecinos».

«Vivimos todos completamente pegados unos a otros pero separados de todo. Le pido antes un taladro a un amigo que vive en otro barrio que al vecino que vive al lado», explica Rosa Vicente una gaditana que vive en el barrio de Lavapiés y que llevó este proyecto a su comunidad. «Creo que es una excusa para conocernos más entre nosotros, más allá del acto en sí de subirle la compra a gente mayor o de ayudar a regar las plantas». «Conocer a nuestro vecinos es algo importante».

No solo surgen intercambio de favores a raíz de este proyecto sino otro tipo de iniciativas. Jiménez nos relata el caso de Naty, vecina del barrio de Lavapiés. Un vecino de su comunidad de vecinos tenía una deuda con la esta administración. La Comunidad planteó que, como en breve, el edificio tenía que pasar una inspección técnica, y la persona que tenía la deuda estaba capacitada para llevar a cabo las tareas de reforma que necesitaba el bloque, se hizo cargo de las reformas. Esta idea traspasó a comunidades vecinas que tenían situaciones equivalentes pidieron a Naty un espacio de aprendizaje para llevar a cabo iniciativas similares en sus comunidades. «Es abrir el espectro de qué es lo que está pasando en las comunidades de vecinos y que es lo que se puede hacer», agrega Jiménez.

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(Fuente: Patricia Velasco.Madridiario.es 7/2/2017)